Dime que soy
Me gusta sentir este frío diario
Me gusta cargar el peso de los años
Me gusta la parlante soledad constante en mi oído
Me gusta cenar semillas y almendras con tornillos.
El hambre no para y yo no me niego
llena ese hueco, más no el seseo
dulce amargo de esta bilis incesante
que día y noche retuerce hasta mis adentros.
Que alguien inferior me muestre quien soy
que hago aquí y si ya me voy.
Que me muestre la alegría de la vida
y la belleza de una sonrisa, la ápice dormida.
Que sólo con el cálido abrazo del amor
siembre aquí una esperanza y ánimo a color.
Las palabras vienen y van, no entiendo absolutamente nada
¿en qué momento llegaré a comprender?
Es la pregunta que hago al alma de mi lado
conteniendo la risa, la locura, y mi llanto.
Comentarios
Publicar un comentario